Mi
experiencia en mi primer censo
Por:
Roberto Torres
En el
censo del 1981 del 12 y 13 de diciembre, fui como censador por primera
vez, voy a contar lo que me sucedió en ese día que nunca olvidare, ya
que me sucedieron tantas divinas cosas que se podría hacer un guión para
una película, mi jefe empadronador lo fue Ángel Valbuena (EPD).
Yo
conozco sobre los planos ya que soy Scouter y siempre he realizado
croquis y mapas urbano y rurales cuando vi el mapa me oriente hacia
donde iba a censar, pero nos llevaron el día 11 juntos con los demás a
Rincón de Piedra mi compañero de trabajo fue Inginio López, sabia de
ante mano que debíamos quedarnos en Rincón de Piedra O en Carrizal,
pero Ángel, dijo que no que era en Las
Piedras que nos quedábamos, pero como él era el jefe hay que cumplir
órdenes, le explique pero él dijo que él era el que mandaba.
Pero
nada salimos para Las Piedras, recuerdo que los caminos están muy
húmedos y resbalosos, y casi llegando recuerdo que el camión no cogió
los cambios en una subida muy empinada y se
devolvió, el chofer grito tírense todos, no
supimos como lo hicimos por pocos nos matamos al tirarnos del camión,
luego el chofer dijo; móntense otra vez a lo que yo y otros no quisimos
montarnos y llegamos a pies a Las Piedras,
ya en la escuela empezaron distribuir las
personas donde iban adormir cada quien.
Y
cuando faltábamos nosotros él nos preguntó y usted donde van a dormir?,
yo le dije; _Vaya usted a saber díganos usted
porque yo le dije que no era aquí que nos tocaba, hablamos con un señor
que resultó era el Alcalde de Arroyo la Vieja donde nos tocaba a
nosotros censar y él nos dijo; pero ustedes se tenían que quedar en
Rincón de Piedra, le dije a Inginio tu vez te lo dije y ahora yo no sé
Ángel nos buscara donde dormir, bueno pues nos dijeron; que teníamos que
ir a Los Jíbaros allá arriba en lo ultimo de las cordilleras.
Cruzamos un cafetal y al fondo había una casita en el medio y nos
dijeron aquí es que se van aquedar a dormir, bueno pues de una vez
encendimos una jumeadora y nos fuimos a la cama de una vez uno en cada
una, nos acostamos yo despalda a Inginio y me dijo; ten cuenta en no
apagar esa lampara, ni bien lo dijo esta se
apagó y dijo;
_Roberto
que te dije, que no apagara la lámpara le
dice;
_Yo
no he apagado nada muchacho, se levantó y
volvió aprenderla nuevamente, más rápido se
apagó, yo le dije que no había brisa para que
se apagará, estás
muy raro eso quizá se estas seca voltéala y dale un
trago para que prenda.
Cuando lo hizo, intento de nuevo y prendió, al poco rato fuá
se apagó nuevamente, echo maldiciones y lo intentó varias veces, en una
se quedó encendida y de pronto escuchamos una fuerte pisadas en el
caballete del bohío como si fuera una gente pero se oía como un enorme
gato, nos miramos en un silencio total, de
repente escuchamos como si fuera un burro que arrastraba una carga de
leñas, recordé los cuentos que me hacía papá, tome la lámpara y fui a
ver si en realidad estaba sucediendo lo que escuchábamos.
Esperé que fuera pasar por la puerta, abrí rápidamente y sorpresa no
había ningún burro ahí, Inginio me dijo; se me engrifaron los pelos, no
aguanto más, nadie me hace dormir aquí vamos ahora mismo, a mi medio
mucha grima, salimos con la jumeadora por ese cafetal oscuro que ni las
mimitas o luciérnagas se veían.
Era
12 de diciembre en la madrugada y escuchamos una música que venía de una
cañada y fuimos donde se escuchaba, era las mañanitas que estaba tocando
y allá estaba Carlitos Caco Clavo, Don Carlos y nos dijo; amiguitos
ustedes también vinieron a los aguinaldos, ah, pero verdad que este es
hijo de Lica Y Fermín, con razón, refriéndose a mi.
mira ahorita vamos a comer chirri con
huevos.
Inginio le pregunto; y que vaina es
esa?, Carlitos le contesto; amiguito
es que para acá en la sierra les dicen así a los
guineos, Valbuena nos dijo;
_ah,
pero ustedes se levantaron temprano,
_López
lo miro con esos ojos que resaltan y le dijo;
_Mejor
ni le contesto para evitar problemas.en su pensamiento se dijo
este desgraciado no sabes lo que hemos pasado por su culpa.
Cuando paso toda la parranda navideña,
amaneció y cada quien fue repartido y Ángel nos dijo; y ustedes caminen
para llevarlo; Inginio le pregunto; para
llevarnos a donde?,
_OH
donde le toca censar a ustedes,
_Ah
que bien, usted montado en un caballo y
nosotros a pies, así, si es bueno.
Pues
cruzamos desde Las Piedras pasamos por Manaclar y cuando llegamos Arroyo
La Vieja, yo pregunte a un campesino como se llamaba este lugar me dijo
el nombre y le dije aquí me quedo, Ángel
me dijo;
_No
ustedes tienen que ir la escuela de Carrizal
para registrar el padrón, yo le pase el mío y
le dije;
_Pues
tenga llévelo y tráigalo usted que estas montado,
yo espero aquí, me dijo;
_A
pues usted estas desobedeciendo, le respondí no usted fue que no me
escucho cuando ayer le dije que era en Rincón de Piedra
-Pues
usted sabes más que yo de empadronamiento?
-No
se tanto de esto, pero sí de planos,
mapas y usted no me hizo caso, no estuvo más que llevarlo y luego
traerlo,
Recuerdo que esto nos retrasó una mañana entera, también que nos
brindaban mucho café en todas las casas que íbamos eran personas
muy amables, aunque algunos no querían contestar el cuestionarios
y la casa donde nos quedaríamos era la del alcalde
que vimos en Las Piedras, hacía mucho frío y nos fuimos a bañar en una
oscura cañada que el agua casi estaba congelada.
El
alcalde nos invitó a que fuéramos a dar una serenata donde una novia que
tenía, esperamos el momento y fuimos con un radio toca
casette grande y llegamos a
la casa muy calladitos y él le dio play la
casetera, empezó a sonar las canciones una tras otras y cuando ya había
sonado un repertorio, dedico el concierto a su amada novia.
Y
cuando termino, se abrió la ventana y salió una vieja y le dijo;
_Gracias,
pero ella no estás aquí, ella se fue hoy a Santiago, López no aguantaba
la risa, él le dijo;
_pero
me debió decir eso antes, la vieja le respondió.
_Pero
usted tampoco pregunto
Nada
salimos con las lámparas y los jachos encendidos, al otro día 13 de
diciembre, después que pase una mañana entera y ya había censado todas
las casas que me tocaron, Valbuena me dijo; que tenía que censar más
casas y yo le dije; _que ya había terminado
todas las que me indicaba el mapa y me dijo que Inginio se había ido y
le faltaron por censar un lado del otra loma y había que censarla, no me
quedo remedio de ir a empadronarla también. Jure cruz y raya no vuelvo a
censar más, al menos que sea en el pueblo o centro de la cuidad.
Para
ese entonces la población dominicana tenía 5,545,741 habitantes según el
Censo Nacional Poblacional y Viviendas del
1981 OFICINA NACIONAL DE ESTADÍSTICAS (O N E)
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