Por: Roberto Torres
A continuación el escrito que muchos quieren saber y que todo cristiano
debe conocer y aceptar por fe. Cuando hablamos de Dios el Espíritu
mayor, el Altísimo, el Todopoderoso, el Omnipresente, el Omnisciente y
el Omnipotente, etc. nos referimos a la plenitud de la única Deidad. En
la cual se encuentran el Espíritu del Padre, el Espíritu del Hijo, y el
Espíritu Santo, los cuales salen de El, para realizar funciones
diferentes, pero con el mismo propósito sin divisiones. (Ezequiel 18:4)
Muchas personas de diferentes congregaciones adoran y aman a Dios, pero
realmente, ¿conocen la verdad Bíblica de que el único Dios (Jehová o
Yahvé) se revela a nosotros a través de tres personalidades El Padre, el
Hijo, y el Espíritu Santo? Quizás la respuesta sea no. Porque su
filosofía o Dogma no la comparten. Les exhortamos al lector que le pida
a Dios entendimiento y sabiduría para escudriñar la Santa Palabra y que
sea Dios mismo quien le hable (Juan 5:39) (Santiago 1:5).
La Biblia dice, "y tres son los que dan testimonio en el cielo, el
Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo y estos tres son uno" (1Juan 5:7).
El hecho revelado de tres personas en el único ser de la Deidad con esto
no se afirma que Dios sea "una persona en tres personas" sino "Tres
personas en un solo ser." El apóstol Pablo nos dice que el mismo ser
esta compuesto de el Alma, el Espíritu, y el Cuerpo (1 Tesalonicenses
5:23).
Todos en funciones están íntimamente ligados para obrar. Antes de la
Creación el Espíritu Eterno (Dios) había creado espíritus para que le
sirvieran como: los Ángeles, Arcángeles, Querubines y Serafines, los
cuales tenían determinadas actividades y nombres. El Seno o el Trono de
Dios es custodiado y servido por estos espíritus.
Al espíritu del PADRE (JEHOVÁ) se le atribuye la Creación, y todo lo
hizo por nosotros, se manifiesta a su pueblo, a través de una luz
resplandeciente, de zarza ardiendo, fuego etc.; pero nadie le veía
porque era invisible (Dios por nosotros) era el Verbo. Las tres personas
de la sola Deidad están unidas de tal manera que manifiestan la plenitud
del solo Dios viviente: Ejemplos patético lo encontramos desde el
principio, notemos que no se habla en singular sino en plural los verbos
hagamos y nosotros (Génesis 1:26; 3:22).
Más tarde con un mutuo acuerdo entre ambos, el Espíritu del Hijo
desciende y se encarna para redimir al hombre del pecado y a lo suyo
vino mas no le conocieron, Emmanuel (Dios con nosotros.) Jesús es el
Verbo hecho carne (Juan 1:1,10-11). En el nuevo testamento
constantemente presenta a las tres personalidades unidas en la obra. En
el bautismo de Jesús (Mateo 3:16-17), A su muerte, el Hijo se ofrece al
Padre por el Espíritu (Hebreos 9:14); en Pentecostés, el Padre envía el
Espíritu Santo en el nombre de Hijo, y el Hijo envía de parte del Padre
(Juan 14:26; Juan 15:26). Y la función del Espíritu Santo, el consolador
fue para santificar a los redimidos por el Hijo y a los creados por el
Padre. Podemos notar que el Padre como el Hijo y el Espíritu Santo están
Unidos en todas las Obras. Nótese (Mateo 3:16-17)(Juan 5:19;14:26;15:26)
En el nuevo nacimiento es necesario que obre la Trinidad por la
regeneración obrada por el Espíritu Santo, el Amor del Padre y el Don
del Hijo, que murió en la cruz por nuestro pecado, nótese (Juan 3:5;Juan
14:16).
Vemos la acción de los tres, tanto en el Viejo como en el Nuevo
Testamento (Génesis 2:10). , El Espíritu Santo vino a poner el sello de
toda la plenitud de Dios (Dios en nosotros).” y los que dan testimonio
en el cielo son el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo y estos tres uno
son” (1 Juan 5:7).
Para más claridad recuerde en el Antiguo Testamento la revelación del
Creador (DIOS PADRE) todo lo hizo por nosotros, “Dios por nosotros”.
Léase en los Evangelios el Señor se encarnó llegando a ser, “Dios con
nosotros”. Emmanuel (Jesús-Dios Hijo) y una vez obrada la redención, en
Pentecostés vino a ser, “Dios en nosotros," por el (Espíritu Santo), o
sea que Dios nos ha dado a conocer la inefable naturaleza del único y
verdadero Dios (Jehová o Yahvé).
Por fe, todo cristiano debe aceptar la doctrina de la Triunidad, aún
siendo rechazada por el hombre carnal, ya que no entienden las cosas
Espirituales (1 Corintios 2:14); pero el creyente se convence de lo que
no se ve y acepta lo que se espera (Hebreos 11:1).
Por esto podemos decir que Dios es POR, CON y EN nosotros sin división
alguna,
Les pedimos al lector que si quiere alcanzar la salvación, solo tiene
que distinguir que: somos salvos según la presencia de Dios Padre. Es el
Hijo quien se ofreció en sacrificio para nuestra Redención y el Espíritu
Santo es quien aplica las bendiciones y la santificación (1 Pedro 1:2).
Haga oración de Fe, Arrepiéntase, Conviértase y Bautícese en el nombre
del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo...Amen (Mateo 26:19).
Un Comentario o Nota
Santísima Trinidad, en la teología cristiana, doctrina que afirma la
existencia de Dios como tres personas —Padre, Hijo y Espíritu Santo—
unidos en una misma sustancia o ser único. La doctrina no aparece con
claridad en el Nuevo Testamento, donde la palabra Dios se refiere sin
variación al Padre; aunque ya Jesucristo, el Hijo, es considerado en una
relación única con el Padre, mientras el Espíritu Santo aparece además
como una divinidad distinta.
El término trinitas fue utilizado por primera vez en el siglo II por el
teólogo latino Tertuliano, aunque el concepto se perfiló en el curso de
los debates sobre la naturaleza de Cristo. En el siglo IV la doctrina
quedó formulada por completo; utilizando la terminología todavía usual
entre los teólogos cristianos, afirmaba la igualdad de las personas de
la Divinidad entre sí. En Occidente De Trinitate (400-416), la
influyente obra del teólogo san Agustín de Hipona (siglo IV), comparaba
el Dios uno y trino con estructuras análogas de la mente humana y
sugería que el Espíritu Santo puede ser asimilado como el amor mutuo que
media entre el Padre y el Hijo (aunque este segundo aspecto parece
difícil de reconciliar con la creencia de que el Espíritu Santo es un
integrante de la Trinidad, igual y distinto a la vez). La insistencia en
la igualdad, sin embargo, nunca se ha considerado perjudicial respecto a
una cierta primacía del Padre, de quien proceden las otras dos personas.
Para una adecuada comprensión de la concepción trinitaria de Dios, las
distinciones entre las personas de la Trinidad no deben estar tan
definidas como para que llegue a parecer o sugerir una pluralidad de
dioses, ni permitir que esas distinciones desaparezcan en un monismo
abstracto e indiferenciado.
La doctrina de la trinidad puede comprenderse desde distintos planos o
perspectivas. En uno ellos, constituye un medio para interpretar la
palabra Dios en el discurso cristiano. Dios no es sólo una palabra
dotada de sentido en el cristianismo y necesita una definición
específica en la teología cristiana. Esta necesidad de una definición
específica para los cristianos ya aparece en el Nuevo Testamento cuando
Pablo dice: "así se cuenten muchos dioses y muchos señores, sin embargo,
para nosotros, no hay más que un sólo Dios, que es el Padre..., y un
sólo Señor, Jesucristo" (1 Corintios. 8, 5-6). Estas palabras constituyen el
comienzo de un proceso de clarificación y definición, cuyo momento
culminante es la doctrina de la Trinidad. En otro plano, esta doctrina
puede ser considerada como una trascripción de la experiencia
cristiana: el dios de la tradición hebrea se ha dado a conocer de una
forma nueva, primero en la persona de Cristo, y después en el Espíritu
que inspiró a la Iglesia. En un tercer plano, más especulativo, de
comprensión, la doctrina revela el dinamismo de la concepción cristiana
de Dios, implicando las nociones de un origen, una venida y un regreso
(ser primordial, expresivo, y unitario). En este sentido la doctrina
cristiana tiene paralelismos en la filosofía.
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