Ramón
Máx Espinal
Como cándido clavel
que brota de la fértil tierra, así llegó a nosotros Ramón, abonado por
el amor de Dilia Mercedes Bisonó y Maximino de Jesús Espinal el 23 día
de noviembre del año 1943 en San José de las Matas.
En el servicio
militar duró varios años en el Ejército, fue profesor en el seminario
MSC, fue miembro del teatro dirigido por Ramón Olivo, actuando en
monólogos, canciones, poemas y cuadros de comedias. Participó en las
primeras ediciones de la revista Católica Amigo del Hogar, a finales de
los 50. Fue bibliotecario y archivista en la Oficinal Parroquial por más
de 25 años, donde se destacó como uno de los mejores del país,
recibiendo premios y galardones, como el otorgado por el Instituto de
Genealogía de la República Dominicana. Aportó datos e informaciones a
muchas instituciones y a los estudiantes,
incluso al Archivo Histórico de la Nación. Fue Regidor del Ayuntamiento
Municipal en el período 1978 - 1982.
Se casa con Luz
Mercedes Rodríguez procreando tres hijos:
Josué Ramón, Rut y Besabeth.
SU APORTE
ARTÍSTICO
Con el ímpetu del
halcón y la delicadeza de la gaviota desarrolló el difícil vuelo del
arte, donde puso su primer grano de arena con una exposición de pintura
en acuarela, siendo también el pionero en el arte grafismo introduciendo
las letras góticas y el molden de cartón. Trabajó el mural escénico en
el 1966, la escultura en cera, elaboró planos y maquetas. Junto al
pintor Roberto Torres plasmaron un paisaje que sirvió como mural al
viejo correo y de decoración escénica para las fiestas patronales.
PADRE DEL
ESCULTISMO
Robert Stephenson
Smyth Baden-Powell fue el fundador del movimiento de los Boys Scouts en
el mundo, pero Ramón Máx Espinal fue el "Padre del Escultismo" en San
José de las Matas. Desde el 1959 fue miembro fundador, aunque se alejó
por dos veces en 1979 y 1989, estuvo como asesor del mismo hasta 1991.
Dentro del grupo fue patrullero, Sub-Guía, Guía, Jefe de Tropa hasta
Jefe de Grupo. Se dedicó a formar jóvenes a ser hombres y mujeres de
carácter firme, de voluntad tesonera, útil a la Patria. Formó unidades
dentro y fuera de la localidad, en diferentes campos, como en Inoa
(1971), Los Montones y La Cuesta (1973), Pedregal (1975). Aquí
desarrolló toda la mística ceremonial que ningún dirigente ha podido
conocer, confeccionó la bandera de la Tropa Anacaona, sus ideales
contribuyeron a formar más grupos e instituciones como fueron: el
Cuerpo de Bomberos, el primer grupo de Defensa Civil, Asociación de
Estudiantes Universitarios, Biblioteca Pública Juan XXIII. Ramón nunca
se cansó, ni se arrepintió de ser Scout. Continuó a su regreso de los
Estados Unidos en el 1999 y escribió la historia del Movimiento Scout en
Sajoma, ocupando la posición de Jefe Tropa nuevamente en el 2000, hasta
el último momento de su vida. Ordenó que en el momento de su muerte (26
de abril 2003) le colocaran su uniforme Scout completo y una señal que
significa misión cumplida, dejando así el mundo mejor que como lo
encontró.
Ramón Máx Espinal un hombre de fe
Ramón
le dijo a Dios Dulce y buen Señor mío, enséñame a ser humilde y
bondadoso, y así lo hizo imitó sus ejemplos, amó a Dios con todo mi
corazón y siguió su camino que lo ha de llevar al cielo junto al El.
Amén.
Ramón
le pidió al Señor, que lo enseñará a ser generoso y así lo fue, le
sirvió como lo merecías, dio sin medida, trabajó sin descanso y a no
buscó recompensa, sabiendo que cumplió tu santa voluntad. Amén
También
dijo Dame Señor, un corazón vigilante, así vigiló durante décadas, y
ningún pensamiento vano se alejó de El, un corazón noble, que ningún
afecto indigno rebaje, un corazón fuerte, que ninguna pasión esclavice,
un corazón recto, que ninguna maldad desvíe, y su corazón fue generoso
en servir. Amén
En sus
oraciones Ramón dijo Señor y Jefe mío, que a pesar de sus debilidades,
lo había escogido, como jefe y guardián, de sus hermanos Scouts, hizo
que su Palabra y sus ejemplos iluminarán su camino, por el sendero de su
ley y supo mostrar sus huellas divina en la naturaleza que has creado,
Nos enseñó lo que debió, a conducir nuestra unidades de etapa en etapa,
por el campo de la dicha y el tesoro, donde levantó su tienda junto a
la de El. Amén.
Recuerda Ramón
que las llamas de las fogatas que nos enseñaste hacer, se
levanten hasta el cielo y con ellas el corazón de los mortales; y que el
crepitar de sus candentes brasas llene al mundo de amor, luz y alegría;
y que el Señor bendiga a todos los que estamos reunidos en torno a ella.
Otra
vez Ramón oró y dijo;
Señor ayúdame a encontrar la fortaleza del viejo roble, para que ningún
triunfo me envanezca, la alegría de la naturaleza para que ninguna
soledad me abata, la libertad del ave para elegir mi camino, y la
voluntad de dirigir, para seguir siempre adelante y servir.
Ramón
bendecía sus alimentos y decía;
Señor, Tú que das agua a los campos, Tú que das tierra a las plantas, Tú
que das fruto a los hombres, danos bendito este alimento para que,
vuelto fortaleza, podamos servirte mejor. Amén.
Roberto
Torres
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