Gustavito durante el viaje
hacia el Pico Duarte 2008
El recorrido hacia el Pico Duarte
Por:
Gustavo Peña
Esto es
lo que escribí:
Hola!
Hoy es martes 4 de marzo del 2008. Es exactamente las 4:10 de la mañana
y ya estoy listo para salir y reunirme con un grupo de Boy Scouts de
Sajoma con quienes parto en excursión hacia el Pico Duarte. He estado
esperando este momento ansiosamente, tanto así, que estoy despierto
desde las 2:50 de la madrugada. Imagino que esta noche solo dormí unas
dos horas, máximo. agradesco a Roberto Torres quién me invitó y me
motivó por internet para que fuera.
Ya tía Gladys vino a buscarme a la habitación para prepararme un te; dentro de
diez minutos salgo para el local de los Boy Scouts. Llegue al local y
ya estaban casi todos allí. Salude a todos y después de unos segundos
empecé a reconocer a algunos viejos amigos, entre ellos a Tomas Jáquez y Nando Fernández, a quien hacia cerca de 30 años que no veía. Empezamos
a llenar la camioneta (camión) Daihatsu que nos iba a llevar hasta Mata
Grande. Terminamos de subir la comida y equipaje de todos (éramos como
22 en total).
Luego
nos subimos nosotros y apenas cupimos apretados como sardinas en latas y
por fin salimos a las 5:45 de la mañana. Todavía estaba oscuro. En el
camino los muchachos empezaron a hacer chistes y anécdotas de cosas
vividas. También discutieron mucho de política. En el camino recogimos
a una muchacha compañera Girl Scout (Mildred). Además, ya venían con
nosotros Siomara, Julie y Altagracia. En el camino Tomas y Noel
discutieron política por un buen rato. Tomas: perredeísta; Noel: peledeísta,
pero luego empezamos a cantar cantos de Boy Scouts. Por fin llegamos a
la entrada del Parque Nacional Armando Bermúdez.
Desmontamos
de la camioneta y bajamos todo el equipaje y comida y al poco rato
llegaron los guías El Negro, El Moreno y William con unos 20 mulos (en
realidad 17 mulos y solo una yegua). Era alrededor de las 7:00 AM. Los
guías cargaron todo el equipaje y comida en los mulos y creo que tres de
las mujeres también se montaron en los mulos. Por lo demás, casi todos
los hombres (habían dos niños: Moisés y Abrahany nos fuimos
caminando. Antes de empezar la marcha, tomamos unas cuantas fotos del
grupo. Luego de una hora y media llegamos al primer puesto de
descanso: Loma del Oro.
Ahí
tomamos agua y comimos unas meriendas y luego de una media hora seguimos
caminando. (Bueno, también tomamos muchas fotos). Seguimos hasta la
próxima parada de descanso junto al río La Laguna. Tardamos como dos
horas para subir una buena cuesta arriba y luego bajar cuesta abajo por
el peor de los caminos que se pueda imaginar. Muy cuesta abajo y muchas
piedras. Yo fui el último que llego al segundo descanso. Ahí estuvimos
como una hora donde comimos galletas con queso y tomamos refrescos.
Luego partimos cuesta arriba hacia Las Guácaras (1,140 msnm) con un
nuevo compañero: un pobre perro que encontramos en la orilla del río,
tan flaquito que parecía que había comido muy poco en su vida.
Lo
bautizaron con el nombre de Pico Duarte. A los pocos minutos de
reanudar la marcha yo estaba tan cansado que me monte en el mulo que
montaba Charlie y no me desmonte más hasta que llegamos a Las Guácaras
(unas dos horas y media y como 6 a ocho kms.) En el camino pasamos por
el sitio más peligroso hasta el momento: El Filo de la Navaja. Es un
estrecho del camino como de 300 0 400 mts. Donde el mulo tiene que
caminar por un espacio como de un pie (12 pulgadas) de ancho. Al lado
izquierdo de ese trecho hay un precipicio que si el animal resbala y se
va al vacío no hay quien lo salve, y si va alguien al lomo, peor para
los dos. Luego del Filo de la Navaja bajamos como un Km. hasta el río
Las Guácaras (?).
Cruzamos
el río y acampamos en una cabaña de dos habitaciones; además había otra
casita anexa que era la cocina y comedor (?). Stephan y Nando armaron
su propia casa de campana, con espacio para unas 4 o 6 personas. El
cocinero (Pedro) era asistido por Mildred y empezaron a cocinar: el se
fue al río a limpiar los pollos, ella a la cocina a pelar yuca.
Mientras, yo me puse a barrer la casa que íbamos a usar como
dormitorio. Había muchas hojas y polvo. Altagracia me ayudo por el
otro lado.
Luego
nos fuimos a bañar al río Bao que estaba a unos 100 mts. De la casa.
Ahí el Bao (se) hacia confluencia con el Guácaras. El agua estaba
sumamente fría. Ya yo me había percatado que se me quedo la
cantimplora, pero en el río encontré una botella de Brugal Anejo (Extra
Viejo, pero estaba vacía), la lave bien y de ahí en adelante fue mi
compañera de viaje hasta Manabao). Después de bañarnos y vestirnos ya
la cena estaba lista: Yuca con Pollo.. Mucha yuca y mucho pollo.
Cenamos y luego de higienizarme un poco yo estoy listo para tirarme a
dormir de tan cansado que estaba (hacia mucho tiempo que no caminaba
tanto a pie y menos montar en un mulo).
La
cena se preparo como de 4 a 5 y terminamos de cenar como a las 6:30.
Los mulos los llevaron a pastar como a medio km. de la casa. Los guías
se van a levantar a las 6 para tener los mulos listos a las 7 y nosotros
partir a las 8 después de desayunar. Altagracia rezo un rosario y un
grupo de los muchachos hicieron una fogata y cantaron e hicieron cuentos
y chistes. Yo los oía desde el confort de mi rinconcito en el suelo de
madera de nuestra habitación. Me hubiera gustado estar con ellos pero
el cansancio era mayor. Creo que empezó a lloviznar y la fogata la
apagaron temprano; de todos modos yo ya estaba roncando. (Se me olvido
decir que en las instalaciones también había dos letrinas, al fondo).
Miércoles 5 de marzo.
Me,
mejor dicho, nos despertaron a las 6 de la mañana. Estaba bien frío.
Pedro el cocinero y Mildred y Altagracia estaban pelando guineos para
hacer desayuno. Yo prepare un te luego de cepillarme e higienizarme un
poco. Prepare mi cama y equipaje y me tome el te y empecé a caminar a
las 8 de la mañana junto con William, Félix, Roberto, Guaroa y dos más
que todavía no sabia sus nombres. Subimos y bajamos una loma y a las
9:10 llegamos al río Bao.
Ahí yo
llegue segundo detrás de Félix; luego llegaron Guaroa, Roberto y Noel.
Tomamos unas fotos y seguimos camino y después de una loma y otra gran
bajada (muy húmedo el terreno, por cierto) llegamos al puente sobre el
río Baito. Ahí tomamos fotos y nos refrescamos y seguimos loma arriba
hacia el Valle de Bao. Me tomo como dos horas y un poco para escalar la
loma hacia el valle.
Me
toco subir solo ya que Félix y William se me adelantaron. Jonathan y
Ángel también venían conmigo, pero también se me adelantaron un poco,
aunque yo podía oír sus voces, pero nunca les pude llegar. Camine solo
por largo rato, aunque oía sus murmullos no muy lejos. Yo venia
subiendo por un camino cubierto de árboles por ambos lados cuando de
pronto la naturaleza cambia.
La
subida se convierte en llano y ahora los árboles son pinos en todas
direcciones. Iba caminando en el campo cubierto de pinos cuando de
repente ante mis ojos se abrió una vista hermosísima: El Valle del Bao.
Un pequeño valle en el medio de todas estas montanas. Con muchos
nacimientos de arroyos y venas de aguas subterráneas, donde nace el río
Bao. Cuando me di cuenta que había llegado al valle exclame:”Dios Mio,
esto si es lindo!" Después de unos minutos llegue a la caseta de
descanso y me reuní en la galería con William, Félix, Jonathan y Ángel,
que ya estaban descansando.
Hablamos
de lo lindo e impresionante que se ve la naturaleza en ese lugar
escondido. Yo me quede un rato entre descansando y admirando la belleza
y a la misma vez me sentía orgulloso de haber llegado esta vez entre los
primeros. A eso de media hora más tarde empezaron a llegar algunos de
los muchachos y los mulos de carga. Después de limpiar la caseta y
ubicarnos nos fuimos a bañar al río Bao. El agua estaba friísima.
Luego
vine, me puse ropa limpia y calida y nos fuimos a ver las venas de agua
en el valle. Todo esto mientras preparaban la cena; era como las 4 de
la tarde. Yo llegue al valle a la una de la tarde. La distancia
recorrida ese día fue de 12 Kms. en 5 horas. El día anterior recorrimos
14 Kms. en 7 horas. El descanso del primer día estaba a 1140 msnm.
(Las Guácaras). La caseta de descanso del Valle del Bao esta a 1800 msnm. Bueno, empezamos a cenar a las 5:30. Esta vez comimos locrio de
salami; también había repollo y jugo de limón. Luego de la cena algunos
fuimos al río a fregar los utensilios de cocina y dejamos preparado el
desayuno del día siguiente.
Luego
prendimos una fogata e hicimos cuentos y chistes. Como a la hora yo me
fui a la cama porque ya estaba cansado de estar parado. (Debo decir que
mis rodillas en esos tiempos estaban muy doloridas, no del camino
recorrido, sino que ya hacia meses que estaban mal; tanto así, que yo
tenia rodilleras en mis rodillas. Esto lo estoy escribiendo exactamente
7 meses más tarde y después de muchos ejercicios y terapia, ahora están
mucho mejor). Estuve en la cama un buen rato oyendo a los compañeros
divertirse con sus ocurrencias. Como a las 9 empezó a llover y todos
para dentro.
La
lluvia arrecio y se oía súper chévere en el techo de Zinc de la caseta.
Creo que llovió y/o llovizno toda la noche. Esta fue la noche que Félix
se levanto bravo porque Noel y otros compañeros estaban haciendo mucho
escándalo. Yo creí que Félix iba a prender las luces para que nos
despertáramos todos, pero no sucedió. Además, esa fue la noche que
nació UN RATON. Se acuerdan? También esa noche el chiquitín Abraian se
hizo pipi en la cama. (No te sientas mal, Abraian). Nos levantamos a
las 6 de la mañana.
Yo
estaba listo para salir a las 7:30, pero cuando fui a llenar mi
"cantimplora" (recuerdan que era un litro de Brugal), me resbale en el
río y me moje las botas. Es decir que tuve que buscar los tenis porque
no se podía caminar con las botas enchumbadas en agua. En eso me demore
un rato más y decidí esperar a William y los otros
que estaban terminando de desayunar. Yo generalmente no desayuno tan
temprano, pero ese día si comí guineos con spaghetti (coditos?).
Delicioso. Así que a eso de las 8 de la mañana partimos rumbo a
la Pelona, unos 3000 msnm, William, Charlie, Jonathan, El Mascaro (?) y
yo. Después de una media hora Charlie y yo estábamos caminando solos,
ya que los otros se quedaron atrás.
Jueves
6 de marzo.
Antes
dije que Charlie y yo seguimos caminando juntos. No era Charlie, sino
Jonathan. Caminamos cuesta arriba (salimos del Valle del Bao a las
8:20). Duramos 2 horas y media hasta llegar al descanso de La Hamaca.
Antes de llegar al descanso no hubo mucha novedad, solo que cuando
miraba hacia atrás y veía el Valle del Bao que se alejaba me daba un
poco de nostalgia y al mismo tiempo alegría, ya que ese día por fin
íbamos a llegar a la cima del Pico. Es en esa subida donde empezamos a
ver los daños causados a la naturaleza del lugar el fuego forestal del
2005, el cual estuvo ardiendo por semanas, tanto así que tuvieron que
venir a ayudar de otros países, entre ellos Puerto Rico y Venezuela. La
Hamaca estaba sobre 2,000 msnm.
Ahí nos
esperaban Quico y Mildred. Comimos algo, nos refrescamos y nos pusimos
más cómodos para empezar el ascenso de La Pelona a las 11:15. Fue el
ascenso más duro y difícil. El camino estaba cubierto por piedras todo
el transcurso. Por fin llegamos a la cima de La Pelona, 3,050 msnm a la
una de la tarde. Ahí descansamos un rato. Mientras subíamos La
Pelona, alcanzamos a Altagracia y Ariel. Había un mulo, pero ella no
quería montar y Ariel, como un buen Scout, no la dejo sola. Mientras
subíamos La Pelona pasamos por el Conuco del Diablo, en pedazo como de
dos o tres tareas de tierra donde parece que lo sembraron de piedras.
En
La Pelona tomamos fotos y después de una media hora empezamos el
descenso al Valle de Lilís.
Tardamos 45 minutos en bajar. En el Valle de Lilís es donde el
Presidente Hipólito Mejía se mando hacer una casona para celebrar una
boda (es cierto eso?). Esta estaba equipada con todo lo
necesario: Cocina, bar, baños, es decir, de todo, solo que estaba
difícil de llegar (algunos invitados dizque llegaron en helicóptero y
además no hay agua cerca. Del Valle de Lilís se veía el Pico ahí mismo,
pero estaba a unos 1,200 metros de distancia. Hasta ese momento desde
el Valle de Bao hasta el Valle de Lilís habíamos recorrido
aproximadamente unos 13 kms.
La
subida de La Pelona es de 3.5 kms. Parecía fácil, pero subir al Pico
fue la hora más lenta y dura de toda la jornada hasta ahora. Fue dura
porque lo ves ahí cerca y el camino hacia arriba es muy pedregoso,
además del hecho de que todo lo que te rodea esta calcinado por el fuego
forestal, es decir que no hay sombra y todos los árboles están
quemados. Por fin llegue solo arriba, ya que mis compañeros se fueron
alante. Yo llegue unos cinco minutos antes que Altagracia. Era como
las 2:30. La vista hacia un lado era impresionante: Podías ver hasta
donde la vista alcance. Muchas montañas, carreteras, ríos y pueblos muy
distantes.
Por
el lado sur parecía más interesante, pero había mucha neblina, es decir
que no podíamos ver casi nada. El Pico Duarte creo que es solo dos
metros más alto que La Pelona, y esos metros en la cima son de pura
roca, piedras grandísimas amontonadas ahí como si alguien las hubiera
puesto. Impresionante. Ahí nos tomamos fotos, grabamos los nombres en
algunos sitios y celebramos. Algunos compañeros pudieron comunicarse
vía celular con algunos parientes y amigos. Mi celular no tenía señal
ahí. Bueno, no hay mucho que hacer en El Pico, ya que hay neblina; así
que después de las fotos empezamos el descenso al Valle de Lilís y de
ahí a Compartición, donde vamos a acampar. Mientras bajábamos del Pico
nos encontramos con William, Charlie y el Mascaro (?) que venían en la
retaguardia, pero que además trataron de llegar por otro camino que era
más difícil.
Compartición
esta a unos 4 kms. del Pico, todo cuesta abajo, camino muy pedregoso y
unos 2,500 msnm. Todo el camino a Compartición fui acompañado con
Jonathan. Hablamos de muchas cosas y aventuras vividas y resulta que
sus abuelos parecen que son del mismo campo donde yo nací (Don Juan).
El camino a Compartición pareció más largo por lo pedregoso que era y yo
estaba caminando con tenis. Además de mis pobres rodillas. En
Compartición nos encontramos con que las instalaciones (la caseta)
fueron devoradas por el fuego forestal de marzo del 2005. Ahora las
están reconstruyendo y para final de abril estarán terminadas.
Llegamos
a Compartición como a las 5 de la tarde. Ya las casas de campana
estaban instaladas. Luego de un rato de descanso nos fuimos a bañar un
grupo como de 6 compañeros. Era un caño de agua súper fría (lo mas frío
hasta ahora). No duramos mucho ahí, ya que era una tortura esa agua tan
fría. Nos vestimos y nos fuimos para arriba a esperar la cena. Arroz
con zanahoria y longaniza frita. La devoramos. Después de la cena hubo
una reunión del grupo donde se discutió, entre otras cosas, el hecho de
que Félix quería irse solo al día siguiente. Todo se soluciono con la
reunión. Después de la reunión un jengibres y luego a dormir. Hasta
ahora los descansos anteriores solo lo compartíamos nosotros, pero en
este había mucha gente: Los trabajadores de construcción, otros guías, y
unos turistas franceses que iban para el Pico al día siguiente.
Como
dije antes, el descenso del Pico fue muy difícil para mí, ya que tenia
puesto tenis (las botas se me mojaron cuando me metí accidentalmente en
el río Bao cuando llenaba mi "cantimplora" antes de empezar la jornada
del jueves. Jonathan me acompaño todo el camino desde el Pico hasta
Compartición. En Compartición fue el único sitio donde tuvimos que usar
todas las casas de campaña. Hasta ahora solo se abría la de Stephan,
quien compartía con Nando y Tomas. Yo dormí en una grande con Quico,
José Luis, Moisés.
Todavía
había espacio para dos personas más. Esa noche llovió un poco y fue muy
agradable oír la lluvia en la casa de campaña. (La noche anterior
llovió mucho y duro en el Valle de Bao). En la reunión de los
compañeros esa noche Félix se había quejado de las condiciones del
viaje. El quería alquilar un mulo y un guía particular e irse al día
siguiente; a nadie le pareció prudente su idea y lo convencimos de que
se quedara y que ya solo faltan dos días para terminar la excursión; el
no iba a adelantar nada con irse solo. Por fin el cedió y todo continuo
bien.
Viernes
7 de marzo.
Nos
levantamos a las 6 de la mañana. Yo escribí un poco luego de
higienizarme y comí algo de desayuno (yuca, salami, cortesía de Juan).
Salimos a las 8:00 Quico, Juan, Jonathan, Mildred y yo a pie rumbo al
próximo campamento de El Valle del Tetero. La marcha empezó bien. Como
hora y media o dos horas cuesta arriba llegamos al primer descanso (no
escribí el nombre). Ahí había unos cuantos compañeros. Comimos pan con
jamón. En este descanso es donde nace el río Yaque del Sur. Bueno, el
caso es que de ahí en adelante todo el camino fue cuesta abajo.
Había
un sol fuerte, aunque no estaba caliente, debido a la altura. En este
primer descanso había unos cuantos mulos disponibles para montar, pero
yo decidí seguir a pie. El camino cuesta abajo empezó bien, pero luego
de unas dos o tres horas, ya mis rodillas no aguantaban más. Ahora el
grupo era más grande y la caseta del Valle del Tetero se vía a la
distancia, así también como el río Yaque del Sur, pero si que se veían
chiquitos. Quico, Juan, Tomas, Mildred, Altagracia y Julie se fueron
alejando poquito a poco.
Atrás
quedamos Jonathan, Siomara y yo; todavía más atrás estaban Charlie,
Guaroa, entre otros. El caso es que los mulos de carga nos pasaron por
delante y al poco rato ya ni se veían. De arriba se veía todo pero bien
lejos. Además, todavía seguía la naturaleza maltratada por el fuego.
Creo que la distancia entre Compartición y el Valle del Tetero era como
de 20 kms. Como dije, Siomara, Jonathan y yo nos quedamos atrás, ya que
ella y yo íbamos bien lentos y lesionados de las rodillas (ella se callo
como tres veces).
Jonathan
nos acompañaba como buen compañero. Un poco más tarde nos paso William
que venia corriendo a to' lo que da' cuesta abajo. El nos paso a
nuestro grupo y más tarde vimos como le pasaba al grupo de Quico. Lo
bueno de esta jornada es que de arriba podíamos ver lo que pasaba
abajo. Esta cuesta abajo le pusieron el sobrenombre de "La Bajada del
Diablo" por otros Scouts anteriores. Para mi fue lento y parecía
interminable. Llego un momento en que pensé que envidiaba a Altagracia,
que iba como medio km. delante de nosotros. Mientras tanto, Charlie y
Guaroa venían detrás de nosotros con un mulo; resulta que a Guaroa le
dio necesidad de ir al "sanitario" y decide irse al monte y coge su
tiempo.
Charlie
lo espera un rato pero Guaro le dice que siga que el baja despacio. Charlie nos llego y me ofreció el mulo; yo no lo quería, ya que Siomara
parecía estar peor que yo y además por el orgullo de llegar a pie; pero Siomara insistió en que yo me monte en el mulo y así lo hice. Acabe de
bajar y llegar al Valle del Tetero como en 20 minutos; Altagracia y yo
llegamos juntos, aunque ella llego a pie. William el guía me ayudo a
bajar del mulo y busque una sombra en la enramada y me tire a descansar
unos minutos, pero hacia frío y me prepare una "cama" y me tendí bajo el
sol por unos 15 minutos. Luego de descansar un rato y preparar mi cama
para pasar la noche, nos fuimos al río que esta vez estaba cerca (no
había que bajar) y el agua estaba súper chévere.
Ya
Siomara, Jonathan y Charlie habían llegado; Guaro llego como una hora
más tarde. Este balneario (La Ballena) estaba mucho más tolerable que
el anterior y estuvimos ahí como una hora. Nando y Quico nos hacían
compañía, mientras grababan. Una cosa que me parecía era que luego del
baño en todas las paradas (acampar) uno se sentía como nuevo. Cuando
regresamos del río me vestí y luego fuimos a ver la "Piedra Indígena",
una piedra grande que tiene un dibujo o señas que parecen indígenas.
El
balneario se llama "La Ballena" porque hay una enorme piedra en la
orilla del río que parece una ballena. Esta noche cenamos arroz blanco
con berenjenas y berro. Me pareció delicioso, ya que estaba
hambriento. Me serví otra ración, aunque más pequeña, contrario a un
compañero, que no voy a decir su nombre, pero que la segunda ración fue
más grande que la primera. El dijo que ese era su desayuno del día
siguiente, pero como el salía más temprano que los demás, se lo iba a
comer la noche antes.
Un
rato después de la cena, encendimos una fogata y empezamos a hacer
chistes, cuentos y a cantar. Se me olvido que antes de la cena Tomás
nos pidió un favor a Nando, Stephan y yo. No voy a decir que era, solo
que accedimos. Mientras hablábamos, Jonathan le vacío un galón de agua
fría por detrás a Tomas, ya que era su cumpleaños. Altagracia le
obsequio con dos bizcochos en una bandeja; yo le puse una botellita de Johnnie Walker etiqueta negra. (Luego supe que Tomas no toma (?)
alcohol).
La
pasamos muy bien. Luego de prender la fogata, Pedro preparo una
parrilla y nos preparo unos hot dogs que comimos sin pan, ya que este se
nos olvido. Algunos comieron de a dos; más tarde Guaro dijo que ellos,
los que se quedaron, buscaron otro paquete de salchichas y se los
comieron. Esa noche Noel, Jonathan y Ariel no dejaron tranquilas a las
mujeres con sus relajos.
Estuvieron
relajando por más de una hora hasta que la Doña Altagracia se enfogonó
tanto que se mudo de cama, es decir, de sitio. Yo me dormí del
cansancio. En la madrugada parece que un ratón se me acerco y trato de
morderme. No se si fue un ratón, o si fue que lo soñé, pero el caso es
que si me dolía en la cabeza donde lo sentí. Yo brinque del susto que
me lleve y no volví a dormir el resto de la noche. Me metí por
completo en mi bolsa de dormir. Fue el susto más grande que me lleve
durante todo el viaje. (El primer día uno de los mulos de carga me paso
por el lado y casi me empujo a unas peñas en el río; por suerte, no caí,
de lo contrario, quizás no estuviera escribiendo estas líneas).
Sábado 8 de marzo, 2008
Nos levantamos a eso de las 6 de la mañana. Fui al "sanitario" (esta
vez al monte, ya que era menos amenazador que la letrina). Luego de
higienizarme levante mi cama, (regale algunas cosas a los guías que para
ellos eran más necesarias: Jackes rompe viento, pijamas, etc.). Desayune
guineos verdes con macarrones y alguna salchicha en el plato de Juan.
Comí suficiente en preparación para la última jornada del viaje. Luego
del desayuno nos tomamos unas últimas fotos (estábamos en el Valle del
Tetero) y empezamos a caminar un grupo de tres; ya Roberto, Stephan y
Guaroa habían salido como una hora antes (la noche antes Roberto ceno y
desayuno a la misma vez, es decir, doble porción, ya que la segunda,
según dijo
él,
era el desayuno del próximo día).
William,
Charlie y Juan juntos habían salido un poco antes que nosotros. Kico,
Mildred y yo salimos a las 7:40; nos extraviamos por unos minutos pero
luego esperamos a los que venían en mulos que estaban cerca detrás de
nosotros. Llenamos las cantimploras de agua (la mía todavía era en
litro de Brugal que conseguí en La Guácara) en un arroyo grande y por
ahí nos llegaron William, Jonathan, Charlie y Juan, quienes se habían
extraviado, igual que nosotros, pero ellos siguieron más adentro y luego
tuvieron que regresar y seguir nuestras huellas. Caminamos juntos por
mucho rato un grupo de siete. Ariel iba en mulo y me preguntaba si yo
lo necesitaba; le dije que quizás más tarde.
Por
dos horas y media estuvimos subiendo cuesta arriba y bajo muchos árboles
y con mucho lodo. Un poco antes de llegar al cruce (8 kms.) me monte en
el mulo de Ariel. Baje montado en el mulo por el camino que nos lleva a
los Tablones, pero había tanto lodo y el camino era tan difícil que yo
tenía más miedo montado sobre el mulo que rodando por el lodo. Estuve
montado en el mulo como 45 minutos, hasta que bajamos a los Tablones.
Ahí me baje del mulo y seguí caminando a pie. Todavía había mucho lodo
por un buen rato. Le llegamos a Roberto, Stephan y Guaroa; ellos
también perdieron mucho tiempo, ya que se extraviaron al salir del Valle
del Tetero, que parecía que estaba tan lejos.
Del
Valle del Tetero hasta la Ciénaga eran como 18 kms. Solamente, pero el
camino era tan difícil debido al mucho lodo y de ahí hasta Manabao otros
2 kms. En el camino nos encontramos con excursionistas criollos así
también como extranjeros. Después de los tablones a la Ciénaga el
camino era casi llano y había mucha sombra. Los últimos (retaguardia)
éramos Guaroa, Juan, Negro el guía y yo. A corta distancia iban Kico,
Roberto, Stephan, Mildred y otros más. Un poco más allá llegando a la
Ciénaga ya se oía el murmullo del rio y a lo lejos incluso oímos la
bocina de un vehículo. Por fin vi otra vez el rio. No sé si era el
Yaqué o el Bao, pero por ahí era lindísimo. Luego me entere que era el
Yaqué.
Luego
el puente y al cruzar: Manabao. Llegue de último detrás de Juan y
delante de Negro el guía. En la mitad del puente exclame:”Gracias a
Dios. Lo logramos". Ya habían unos cuantos muchachos bañándose en el
rio, mientras los otros descansaban cerca de donde descargaron los mulos
con todo el equipaje. Era como la 1:15 de la tarde. Los guías se
despidieron, ya que a ellos les faltaban otros dos días de recorrido
para regresar a casa.
El camioncito que nos recogió llego casi a las 5 de la tarde. Mientras
esperábamos hicimos grupitos para hacer cuentos, relajar; también
tomamos fotos y ya Félix se había tomado un botellita de Whiskey.
Cansado de esperar me fui con William y Jonathan a caminar por ahí.
Vimos una construcción grande y linda de un tal Gómez Díaz (quizás de
Santiago). Cruzamos un lindo puente por debajo del cual transcurrían
las aguas cristalinas del Yaqué virgen. Entramos en un colmadito y
compramos 3 Presidentes light grandes a $70.00 c/u. La dueña del
colmado se queja de que el llenado del tanque de gas le costaba caro y
que por eso las tenía que vender a ese precio.
Se
nos junto Pedro y Félix; este ya estaba dando señales de borracho.
Decía muchas palabrotas ofensivas. Salimos del colmado y Pedro y Félix
siguieron un poco más adelante; nosotros nos devolvimos. Estábamos
llegando a donde estaban los muchachos, cuando por fin también llego el
camioncito que nos iba a recoger. Resulto que salieron de Sajoma a las
1 de la tarde y se perdieron 3 o 4 veces antes de encontrarnos. Los
muchachos se encargaron de cargar el equipaje; luego subimos y nos
acomodamos lo mejor posible y nos fuimos. En la salida, Félix pidió al
chofer que parara en un colmadon.
El se apeo del camión y compro cervezas y ron y lo paso a nosotros. La
próxima parada fue para orinar. Nos apeamos como 8 a mear en la
carretera. Salimos a la carretera principal que nos llevo a Jarabacoa.
Otra vez el chofer se paro, esta vez para comprar picadera. Algunos
compraron y todos comimos. Ya ahí había señal de celular y llame a
mamá. Se puso muy contenta al saber que estábamos sanos y salvos. Era
sábado en la tarde y no había hablado con ella desde el lunes en la
noche. Le pedí que comprara cervezas y empanadas, ya que los muchachos
me iban a dejar en casa.
Llegamos
como a las 8:30 de la noche. Los muchachos se desmontaron y subimos a
casa a tomar algunas cervezas y comer empanadas. William y Pedro se
quedaron en el camión cuidando a Félix, quien se había emborrachado.
Estaba durmiendo encima del equipaje. Se me olvido decir que en el
camino vomito un par de veces y nos tuvimos que parar hasta que él se
refresco un poco. Se durmió y no despertó hasta que llegaron a Sajoma.
Los muchachos no duraron mucho en la casa ya que a Stephan lo llamaron
para decirle que había sucedido algo. Más tarde me entere que su esposa
había estado envuelta en un accidente, pero que no sufrió lesiones; solo
el vehículo se jodió.
Hay muchas anécdotas de esta excursión, pero habría que sentarse con
algunos de los muchachos para escribirlas. Alguien se cayó de un mulo;
alguien se meo en la cama; hubo alguien que llevo toda una farmacia en
un botiquín; a mi casi me come un ratón; a Félix no lo dejaron dormir la
segunda noche en el Valle de Bao; creo que alguien solo se baño una vez;
Mildred hizo toda la excursión a pie, entre otros.
Estos datos no están confirmados, pero se aproximan: La primera jornada
entre Mata Grande y la Guácara es de 14 kms. La Loma del Oro fue fácil
de subir, pero la bajada fue la segunda más difícil, subimos la Sabrosa
y el Rodeo. El segundo día después del río Baito; subimos mucho, lodo y
larga, pero como salí temprano, llegue primero que los que venían en
mulo e incluso primero que los mulos de carga.
Cuando
llegue al Valle de Bao solo habían llegado 4 o 5 muchachos. Hice todo
este trayecto a pie, al igual que el tercer día, cuando llegamos al
Pico. Del Valle de Bao subimos la Pelona, a 3085 msnm, bajamos al Valle
de Lilís y luego al Pico. En Compartición fue lo más frío; llovió
mucho, la caseta estaba medio destruida y la estaban reconstruyendo,
había otros excursionistas y trabajadores de la construcción, y como si
fuera poco, no había un rio, sino que el agua la cogíamos por un tubo
que solo tenía un chorrito.
La bajada del Diablo: increíble, La Bajada del Diablo es la más difícil
entre Compartición, Agüita fría y El Valle del Tetero. Pero al llegar
al Valle del Tetero esta el balneario La Ballena: relajante,
rejuvenecedor, re fortalecedor. Caseta chévere. En el Valle del Bao el
agua del río del mismo nombre es súper fría. Pienso que recorrimos entre
70 y 80 kms. Desde Mata Grande hasta el puente de Manabao.
Roberto Torres tiene datos más precisos.
Me estaba muriendo por hacer esta excursión y ahora pienso que
definitivamente valió la pena. Me siento sumamente Félix de haberlo
hecho.
Hasta pronto, amigos!!!
Gustavo Peña.
Algunas de las fotografías del viaje de 4 al 9
de marzo 2008
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