Por Roberto Torres:
Si analizamos el proceso o
la metamorfosis de algunos animales especialmente los insectos, entre
ellos, el mosquito, la cigarra o chicharra; o sino algunos anfibios como
la rana o el sapo, notaremos que su vida pasa a través de varios
cambios, para poder desarrollar su propia vida.
Que impresionante observar de cerca de donde proviene el mosquito y la
rana, que nacen en el agua y se acaban de criar fuera de ella. Lo mismo
ocurre con la mariposa que siendo en su principio un gusano se
transforma en un capullo de seda y de ahí sale a otra nueva vida volando
de flor en flor.
En estos caso de transformación la cigarra o chicharra, este ser vivo
como lo descrito anteriormente, tiene dos habita, primeramente es
subterráneo en forma de gusano, luego emana a la superficie adhiriéndose
algún objeto o cosa ya sea tronco, árboles, poste, rocas etc.. Donde se
forma asimismo en un capullo o caparazón que más tarde dará vida a otra
nuevo insecto que ameniza la naturaleza con un sonido particular
semejante a los grillos.
Los animales son seres vivos, así como todos los seres humanos creado
por Dios, tienen en su vida etapas diferentes que deben ir cambiando y
precisamente el hombre como criatura de Dios siendo desde el principio
pecador tiene que renovar y limpiarse esa vida pecaminosa para ser una
nueva criatura, no mediante varios procesos que aparte de ser niño,
joven adulto y viejo no importa estas etapas o épocas debe sufrir o
pasar por una trasformación espiritual que es indispensable en toda su
vida, y que del mismo modo que estos animales cambiaron su ritmo de vida
así él también debe hacerlo.
Y solo mediante el nuevo pacto o alianza
que es a través de Jesucristo, enterrando al viejo hombre, dejando ese
caparazón o capullo atrás, ya sea bajo tierra o bajo agua, así como
Cristo se despojó de todos nuestros pecados y lo dejó clavado en la
cruz. Y resucitando conjuntamente con él, como salía la mariposa, la
cigarra o el mosquito de la vieja vida, para vivir conforme a la
voluntad de Dios alabándolo, glorificándolo, porque eran ya una nueva
criatura. Has tu lo mismo si eres lavado con su preciosa sangre.
¿Has recibido a Jesús en su corazón?, o todavía es usted el renacuajo ó
el gusarapo que vive en aguas negras, bajo aguas estancadas y sucias, o
el gusano subterráneo, siendo presa de algún depredador, no lo pienses
más mañana podría ser muy tarde, recuerda que a estos invertebrados este
procedimiento es natural, y no se le toma encuentra, pero al hombre Dios
le dió entendimiento y sabiduría para que con el corazón crea para
justicia, pero con la boca lo confiese para salvación.
Tomado del libro Cristomicina cápsulas de temas biblicos
|