Por: Roberto Torres

Antes
de salir firmamos en esta caseta
El grupo de excursionista
Roberto Torres
Antecedente del
viaje
Quisiera contar antes de describir este
emocionante viaje, que ingrese al movimiento de los Boys Scouts en el
1976 para poder ir a la cima más
alta de las Antillas y de la
Cordillera Central “El Pico Duarte” y nunca pude ir, luego cuando
reorganicé el movimiento en el 1998 hasta el 2005 tampoco, Salí no
pudiendo lograr mis objetivos ya que siempre que se trataba de organizar
un viaje este nunca llegaba su conclusión, entonces en el 2006 Feliciano
Sierra nuevamente volvió a invitarme y me dijo esta vez si se va a dar
el viaje a lo que yo lo creí y le dije avísame dos día ante del viaje
cuando en verdad todo este listo y así fue, por fin el tan esperado
viaje se dio, la noche anterior me dio un dolor de rodilla que no
soportaba y le dije Satanás tu no me vas a impedir que yo salga mañana,
me encomendé a Dios y pedí en oración que me llevara y me trajera sano
y salvo y así fue.
El 1 de marzo 2006 salimos a la 5 de la
mañana desde San José de las Matas después de una solemne oración encima
de un camión cama y nos acompaño una tremenda llovizna en el transcurso
hacia Mata Grande. Luego de una fría mañana en los altos de Antón Sape
Malo en la primera caseta del parque J. Armando Bermúdez emprendimos el
largo y emocionante viaje hacia el Pico Duarte, parte del grupo Scouts
“Ramón Máx. Espinal # 97” con tres guías uno llamado El Negro, otro
Teodoro, Jhonny y también fuimos acompañados con Manuel el Hijo de el
Negro a eso de la 7:45 A.M. después de firmar el libro comenzamos el
ascenso.
Adelante íbamos en pequeños grupitos
Tomas Jáquez, Manolín Tavares, Enmanuel Rodríguez y quien suscribe. Más
atrás nos seguían Pedro y Expedita Muñoz, Jonatan Rodríguez, William
Loveras, Feliciano Sierra y su hijo Moisés, Alberto Peralta, Edwin Liz,
Dennise Tejada, Carlos Jáquez y Ariel. Todos casi con el mismo propósito
de conocer la elevación más alta de Las Antillas.
Personalmente me propuse una meta de no
montarme en mulo; sino hacer el recorrido entero a pie, para mucho esto
era imposible por mi condición física, fui bombardeado de varias
historias de otros excursionistas que me llenaron la mente, pero hice
caso omiso y a subir y a bajar no importando lo que viniera, agua,
truenos, lluvia, piedra, lodo etc. Con la ayuda de Dios sabia que lo
lograría

La toma de Antón Sape Malo
El guía Teodoro encargado del último
Feliciano Sierra y su hijo Moisés
Subimos
a la segunda caseta de la Loma del Oro, donde nos indicaba que estábamos
a 1,230 msnm. Y que nos dirigíamos a las Guáscaras a unos 14 km. Que
llegaríamos allí en 6 horas, pero parece que estas horas y kilómetros
la calculan en dólares, pues pasamos la entrada de Rancho en Medio, el
Arroyo las Lagunas, subimos la Loma la Sabrosa y todavía estamos a 4
Kilómetros de la tercera caseta del parque, bajamos al Rancho los
Vaqueros, una picadera en el Arroyo Malo y subimos al Rodeo a 1, 470
msnm. Una tremenda vegetación, pero el suspenso era el Filo de La
Navaja que tanto me mencionaban, la verdad es peligroso pero la
panorámica que se observa desde este lugar es sublime, impresionante,
aunque no se puede detener por mucho tiempo pude captar tres tomas sin
percatarme del peligro que estaba al borde de mi pies, luego de
descender a la 3:00 P. M. fui el segundo en llegar a caseta de
La Guáscaras. Después de bañarnos degustamos un suculento plato arroz con
pollo, algo curioso paso después muchos quería vomitar porque se
enteraron que ese día no se comía carne, luego amenizamos una alegre fogata con un delicioso jengibre y a
dormir en la fría casita donde penetraba un tremendo frió por las
divisiones de las tablas del piso y los ronquidos que hacían muchos ecos.
 


Una panorámica del río Bao visto
desde el famoso filo de la Navaja
El guía Negro con los mulos
Decidí no desayunarme, ni comer durante
la caminata, al día siguiente salir con Jonathan Rodríguez a las 7: 45
A.M. subimos y bajamos por el Paso del Río Bao, luego subimos al Pico
del Baito a 1,600 msnm. Y descendimos al paso del Río Baito, aquí
descansaron los demás y yo continué el viaje sin parar solo consumía
chocolate y jugo Getore la vía se tornó diferente al seguir ya que era
entre árboles, humedad, lodo, pinares y casi subiendo al valle pues como
siempre me alcanzaban los compañeros Tomas, Manolín y Enmanuel, ya que
mis pasos siempre eran corto. Al subir al Valle de Bao nos encontramos
con los pajones característicos de ese lugar, antes de llegar a la
caseta nos encontramos con el letrero de la famosa Pelona, a las 3:00
P.M.
Ya estábamos a 1, 800 msnm en una acogedora casita de tres
habitaciones desde allí se contemplaba tres bellezas naturales, el
nacimiento del Río Bao, el hermoso Valle y La Pelona. Un compañero
cuando llegó gritó de la emoción “!Lo logré!” se tiro al suelo y alguien
dijo mira un mulo revolcándose y era que se sentía mal, tuvieron que
ponerle alcohol pero no paso nada malo, al momento se recupero, después
del baño comimos arroz con carne de cerdo guisada y jugo de naranja
natural. Esa noche después de la acalorada fogata, adivinanza, cuentos y
los pleitos políticos de Tomás y el Amarillo se hizo gelatina que al día
siguiente estaba como de nevera.
  
Roberto en la caseta de Las Guáscaras y cruzando el
Puente del Río Bao

Una panorámica del Valle Bao a la 7:30 A. M. al fondo
La Pelona
Rumbo a La Pelona salí nuevamente con
Jonatan (el Amarillo) a la 7:20 A. M. como me dijo el guía a uno 300
metros atravesé el Valle y me percate desde un principio sobre las
señales que nos acompañan todo el camino una de ella rezaba así; Ahorre
Energía, El guía es responsable del grupo, Guarde la basura en su
bolsillo, El guía baja el basura, entre otros; me gusto que durante el
trayecto te informa o te ubica donde te encuentras, fuimos alcanzado por
Tomas, Manolín y Enmanuel antes de llegar a La Hamaca a unos 2, 540
msnm., en este lugar fue donde se extravió el ex-profesor de la
Universidad Católica Madre de Santiago, el ingeniero Rafael Eduardo Morillo
(Eddy)
el 27 de enero del año 1988, según el guía
Rafael Aracena nos dijo: que esto fue muy
extraño, por que ahí nadie se pierde, además el traía consigo un
bulto o maletín que no dejaba que nadie le pusiera la mano, desde aquí empezamos ver un desolador ambiente de pinos
carbonizados y muchos exterminados por el voraz incendio me dio mucha
pena ver estas escenas que luego nos acompañó todo el camino.
Quiero
expresar una Palabra nueva que desde que empezamos a subir era dicha a
cada momento y era “el penachito”, o “pinallito”, o “repechito” para
indicar un pequeño descanso entre las sisas que teníamos a cada
instante, algo extraño pudimos ver a la izquierda de La Pelona ya casi
en la cima, parecía enorme tablas de chocolates pero eran piedra rojiza
o conglomerado de origen sísmico en aquel lugar llamado “El Conuco del
Diablo” sentí un fuerte dolor de cabeza no se si era por la altura o por
la baja temperatura que ya sentía allí, lo que si es que mis pasos era
más corto porque el camino era muy pedregoso, veía como la niebla pasaba
por mi cintura, escucha el sonido como de cuervos, luego creía que eran
judío y más tarde me enteré que eran carraos. Ya en la cima de la pelona
a 3,085 msnm.
Los muchachos subieron en una torre a ver un gran nido de
carrao, yo solo quería llegar o salir de aquel lugar que parecía el
monte calvario, desde aquí nos siguieron los carraos, descendimos al
pequeño y frío Valle de Lilís, el más alto del País a 2,950 msnm, nadie
quería esperar allí por la baja temperatura a la 1:00 P.M. Alcanzamos a
ver una enorme caseta, hecha de madera de pino traído desde Puerto
Rico, techada con aluzinc. Y al Norte también una enorme cocina. En
este paisaje pudimos contemplar como en un momento a otro se borraba de
nuestra vista el Valle, desaparecía por la cantidad de nubosidad o
neblina que tapaba dicho Valle. Y cuando no estaba nebuloso pues
podíamos divisar el dorso de Duarte, la cruz y la bandera nacional en
el pico. Aquí descansamos, picamos algo y esperamos a los demás
compañeros que faltaban por subir y bajar de La Pelona, Luego Todos
Juntos nos tomamos una fotografía y cruzamos el Valle de Lilís a un
Kilómetro hacia el Este.

Llegamos a la estación meteorológica
después de haber cruzado el Valle, allí nos caían gotas de agua, que se
entre molaban con el cantar los carraos, otro letrero nos indicaba hacia
la caseta de Compartición y hacia el Pico Duarte, que en solo 20
minutos se subía a un Kilómetro de distancia, el cansancio físico me
vencía; pero mi mente y mi condición espiritual me decía “eh P`lante que
vamos” Antes de ascender me quite uno pantalón de dos que llevaba y el
abrigo también solo me quede con el viejo y verde uniforme scout, porque
habíamos decidido hacer una fotografía con bandera y el uniforme
completo todo el grupo cuando estuviéramos allá en la cima o en el techo
de las antillas.
Algunos subieron primero no aguantaron
la emoción, otros llegamos más tarde pero cuando todo estábamos allí fue
un regocijo, nos comunicamos por celulares, pintamos una pañoleta en la
roca, le colocamos una a Duarte con todos los nombres de los que fuimos,
cada cual se tomo una foto abrazando a Duarte, mucho gritaron con júbilo
y alegría dando gracias a Dios por haber permitido llegar a lo más alto
de Las Antillas a 3,087 msnm.
Tuve problema con mi cámara fotográfica
ya que la batería se agotó y no puede hace buenas tomas debido a la
condición atmosférica, pero se logró la foto del recuerdo del grupo
Scouts “Ramón Máx. Espinal” #97 de Sajoma, Los carraos nos acompañaban y
bajando no esperaba el guía Teodoro con una gran picadera de queso, pan
y jugo, cuando a este yo le pregunte que cuanto nos faltaba, El me
contestó “Bueno amigo pa` lo que ute a caminao no le falta na”, pensé
montarme en un mulo ya que había caminado más de 5 horas sin comida y en
ayuno, pero no me deje vencer este es el tercer día, mientras más rápido
bajo a la caseta de Compartición más descansaría, así que con Feliciano
Sierra y Enmanuel bajamos donde queríamos en 3 km
a (700 m)..
Ya en Compartición a
2,500 msnm
el Guía Negro nos esperaba con otros excursionistas uno Capitaleños y
otros de Alemania, esta caseta era diferente a la demás ya que constaba
con servicio telefónico aunque no estaba fusionando, desde allí en la
sima de una montaña pude apreciar parte de una avioneta que se vino a
estrellar, donde supuestamente murieron varias personas, aquí comimos un
suculento chambre de longaniza y más tarde me trajeron los bollos del
desayuno que no pude comer, en la noche compartimos la caseta con los
extranjeros, los cuales participaron en la fogata.
Al amanecer el cuarto día le pregunte al
Negro se si había que subir de nuevo, el contestó solo un penachillo que
le llaman La Vela después todo es bajando, ¡ah! pero me espera en Agüita
Fría vertiente Sur del Pico del
Yaque donde nace el Río Yaque del Norte. Esta vez salí junto a
Manolín
y no tomo toda una mañana subir el penachito La Vela, en Agüita fría
(2,650 msnm), todavía seguían
con nosotros los carraos, mi destino era llegar al Valle del Tetero
(1,600 msnm). Cuando vi pasar los mulos
de cargas le seguí y picoteando el tetero fui bajando a paso lento, esta
pendiente 2 km en aproximadamente tres horas
2,200 msnm que los muchachos bautizaron
como” la abaja del Diablo” ya me esta acostumbrando no respetaba ni
subida ni bajada por difícil que fuera. Lo que me seguía preocupado era
todo esa tarea de pino carbonizada, que ni los pajaritos se sentían, que
deprimente, pero algún día Dios le cobrara al culpable de esto. El Valle
tiene una extensión de más de 3 km². En su parte central predomina la
sabana, en los alrededores hay pinares densos
Llegue al camino que conduce al Valle
del Tetero. Desde allí faltan dos km. y medio de subida hacia la
izquierda, para llegar al punto más alto del camino, Agüita Fría (2650
msnm). Pero el guía me dijo que tenia que dobla hacia la derecha a medio
km después llegaría a La Laguna (1,980 msnm) el camino, en zigzag, se
pone realmente malo al punto de atentar contra la conservación del suelo
y el camino se va poniendo en peores condiciones. Tanto las lagunas como
Pico La Cotorra (1,720 msnm) son buenos lugares para descansar, a medida
que va aumentando la pendiente la vegetación va cambiando a pinar,
Llegando a Los Tablones fui alcanzado por Tomas, Manolín Y “el amarillo”
se ve inmerso en el bosque húmedo latifoliado que crece en los
alrededores de Los Tablones (1,270 msnm), abundan las Manaclas. Los
Guanos y Tablones forman el río Yaque del Norte y donde se encuentra la
oficina del parque, aquí descasaba luego los compañeros y yo continué el
camino, ya que solo me faltaba 2 kilómetros para llegar a Boca de los
Ríos donde la confluencia de los ríos en la localidad de La Ciénaga
(1,100 msnm), donde nos esperaría el transporte Moreno de bulín mi
primo, que nos llevaría de regreso a San José de las Matas. Fui el
primero en llegar a pie
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