PIERO ESPINAL ESTÉVEZ
El dengue, también llamado fiebre rompehuesos o fiebre del Dandy es una
enfermedad viral causada por un flavivirus con cuatro serogrupos
distintos y transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que causa fiebre,
mialgia (dolor muscular), artralgia (dolor en las articulaciones), dolor
de cabeza frontal, dolor retroocular, escalofríos, congestión faríngea,
exantemas (erupciones de la piel) y linfadenopatías (inflamación de
ganglios). En cualquier momento durante la fase febril pueden aparecer
fenómenos hemorrágicos de poca intensidad, como petequias (puntos rojos)
y epistaxis (sangrado por la nariz). Deberá pensarse en esta etiología
cuando el número de episodios febriles aumente significativamente sin
una causa clara que lo justifique.
El dengue es una enfermedad endémica en Asia tropical, Oceanía, islas
del sur del Pacífico, África tropical, América Central, el Caribe y
América del Sur. Los brotes de dengue en las áreas urbanas infestadas
por Aedes aegypti pueden ser explosivos, afectando a un 80% de la
población. La mayor parte de la enfermedad se produce en niños mayores y
en adultos.
DENGUE CLÁSICO
El cuadro clínico varía según la edad y de un enfermo a otro. Después de
un período de incubación de 1 a 7 días hay un comienzo brusco de fiebre,
que aumenta rápidamente hasta 41°C, normalmente acompañada de dolor de
cabeza y de espalda. Durante las primeras horas de la fiebre puede
observarse un exantema maculoso generalizado y transitorio que palidece
bajo presión. Estas manifestaciones constituyen la llamada tríada del
dengue. Del segundo al sexto día de fiebre pueden aparecer náuseas y
vómitos, además linfadenopatía generalizada, aberraciones del gusto y
anorexia (falta de apetito).
El diagnóstico consiste en la observación del cuadro clínico, leucopenia
(glóbulos blancos disminuidos) y el aislamiento del virus. Es importante
señalar que esta enfermedad no se contagia de persona a persona. El
tratamiento es de sostén. El reposo en cama y el uso de antipiréticos y
paños fríos es aconsejado durante el período febril para mantener la
temperatura por debajo de 40°C. La reposición de líquidos es necesaria
cuando hay déficit debido a sudor, sed, ayuno, vómitos o diarrea. La
aspirina está contraindicada.
FIEBRE HEMORRÁGICA DEL DENGUE
Es una enfermedad febril, grave, a menudo mortal, causada por los virus
del dengue, caracterizada por permeabilidad capilar, anomalías de la
coagulación, pérdida de plasma y en casos graves shock por pérdida de
proteínas.
La fiebre hemorrágica del dengue ha pasado a constituir uno de los
problemas de salud pública en varios países de América desde la epidemia
de Cuba en 1981. Más de 25 países han reportado casos todos los años en
forma de pequeños brotes.
El cuadro clínico se caracteriza por una primera fase relativamente leve
con comienzo brusco de fiebre, malestar general, vómitos frecuentes con
o sin sangre, dolor de cabeza, anorexia, tos y dos a cinco días después
deterioro rápido y colapso circulatorio. Presenta el paciente cara
enrojecida y sudorosa, extremidades frías y húmedas, tronco caliente,
sangrado en diversas partes del cuerpo, cianosis periférica o perioral,
severos y continuos dolores de estómago, intranquilidad e irritabilidad.
El paciente experimenta además hipotensión arterial (presión baja),
pulso débil y rápido, hígado aumentado de tamaño y doloroso a la
palpación.
El diagnóstico se confirma con una enfermedad febril acompañada de
leucopenia, hemoconcentración y trombocitopenia (plaquetas disminuidas).
En el tratamiento debe evaluarse los signos vitales y los grados de
hemoconcentración y deshidratación. Se administra acetaminofén para
aliviar los síntomas, seguido de descanso y reposición de líquidos. En
el colapso vascular y la hemoconcentración se administra una solución
cristaloide como lactato de Ringer. Si durante la primera hora el
enfermo no responde de be administrarse plasma o albúmina sérica humana.
La transfusión de sangre o de plaquetas pueden controlar la hemorragia.
La hembra del mosquito, que es quien pica, se posa en el interior de las
viviendas, en lugares cerrados u otros sitios oscuros. En el exterior
elige lugares frescos y con sombra. Pone sus huevos sobre las paredes de
recipientes con agua limpia y dulce acumulada en depósitos como
floreros, tinacos, cubetas, latas, tanques, cisternas, neumáticos, etc.
Las medidas de educación y prevención son fundamentales y es aquí donde
se obtiene el éxito para el control de esta enfermedad. Hay que evitar
la presencia de elementos que puedan dar cabida al vector, como dejar al
descubierto los recipientes de agua. Es por ello que es de vital
importancia limpiar, clorificar y tapar bien los recipientes de agua,
así como las peceras y mantener el agua de las piscinas circulando.
Las obligaciones de los habitantes de la comunidad son eliminar los
criaderos existentes dentro y alrededor de las viviendas y lugares de
trabajo. Además colaborar activamente con las autoridades de salud en el
control de esta epidemia. El personal de salud debe educar y organizar a
la población nacional para que elimine los criaderos del mosquito, única
medida efectiva para prevenir el dengue clásico y hemorrágico. Este
personal tiene la obligación de aplicar de manera estricta las normas de
vigilancia epidemiológica, diagnóstico y tratamiento en los casos
sospechosos. Las municipalidades del país deben de realizar obras de
limpieza y saneamiento básico en las vías públicas. Los medios de
comunicación deben de contribuir con la Secretaría de Salud Pública en
la difusión del material educativo que sobre el dengue se distribuya.
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