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Por: Roberto Torres

 Nuestros campos, se han caracterizado por diferentes aspectos de su vida cotidiana, ya que tienen suelo y clima variados, por esto desarrollan distintas culturas y actividades que muchas de ellas vienen de nuestros aborígenes. Veamos:

Quema de carbón: Aunque es prohibido, los campesinos Sanjosematenses, por lo menos en la parte norte (Swí, Maquen, Albana, Paralimón etc.) se dedican a esta práctica, la cual consiste en seleccionar los palos útiles destinados para  esos fines, colocando dichos palos verde generalmente la aroma, como una especie de pirámide o fogata, la cual se tapa con hojas verdes para que se queme y luego con tierra. Luego se procede a encenderla, dejándole unos orificios para respirar. Esto dura un par de semanas botando solamente humo, hasta que palo se convierta en carbón vegetal.

Quema de cazabe: Este producto campesino es elaborado con yuca amarga, la cual se rae o se pela, luego se guaya y se prensa para sacarle el almidón y así obtener la catibía o masa que sirve para elaborar el cazabe. Esta se coloca encima de un horno o burén fabricado también de diferentes maneras por los mismos campesinos, donde se le introduce mucha leña en la parte hueca del burén para que caliente la tapa superior donde se encuentra la catibía. A ésta se le da forma redonda con un pedazo de concha de carey  y si desea agregar maní, ajo, ajonjolí al cazabe se le añade al paso, hasta que este se dore y queda consistente y tostadito, luego  se corta en cuartillo la torta redonda y se empaca. Aquí también se fabrican el panesico hecho de catibía y zurrapa de chicharrones.

Fogones de tierra: La mayoría de los campos cuecen sus alimentos en fogones construidos con piedra y barro que luego empañetan y pintan con tierra blanca, los cuales funcionan con leña encendida con cuaba de pino. Generalmente se construyen tres huecos sobre una mesa, dejando un saliente en la parte frontal.

Fogones en el río: En el río montaban un fogón fabricado con tres piedras, ponían a hervir la ropa blanca en una lata. Allí también cocinaban para llevar la comida a los conucos o mudándose en ciertas ocasiones en los ranchos que poseían.

La leña: Es utilizada como carburante, para encender el fuego y era seleccionada de un palo o arbusto particular para que fuera de buena calidad, mucha hacían más humo que encender o arder en el fogón o en el horno, los campesinos la apilaban en serones o alganas por paquetes y la llevan en un burro al pueblo para venderla por carga según decían ellos.  

 

 

Fabricación de serones, macutos, árganas: Estos envases o vasijas tienen gran utilidad, no solo en el campo sino en cualquier parte del mundo, ya que sirve para transportar cualquier  fruto de un lugar muy remoto o escondrijo  de la sierra, así como la recolección de frutos. Generalmente son hechos de hojas una planta llamada guano. Es una arte el tejer estos utensilios y con la destreza que los hacen, son cosidos una aguja hecha en madera y con hilo hecho del mismo material (guano) llamado tomisa. El serón es fabricado con cualquier tipo de guano abierto o cerrado, se empieza con treces ripio sin despegar de donde viene, según se va tejiendo se  agrega a la izquierda o a la derecha más ripios, terminando 8 vueltas en una medida de cada lado.  Pero las árganas están hechas de cohollo cerrado o abaniquiao, se pone a cesar y luego se descabeza y se le saca la barriga, mojándose por media hora, para empezar a fabricarlo, es más pequeña que la medida del serón pero se utiliza el mismo procedimiento, se hace generalmente sentado en el suelo pasando la medida de madera por debajo de la pierna izquierda y encima del pierna derecha, cosiendo con brazo y medio de tomisa para empezar y se le agrega hasta terminar. La soga se fabricaba de la Cabuya, de la cual también se elaboraban los aparejos, estera etc.   

 Fabricación de escobas: Para la elaboración de la escoba se corta el guano y se  desfleca, se pone a secar al sol hasta que esté útil, luego se amarra la parte del centro con hebra de cana y se voltea formando la cabeza de la escoba introduciéndole lomo blanco (cohoyo del guano) donde vuelve amarrarse con tu tallito de lomo y luego tres vueltas con la tomisa sujetándolo fuertemente, dándole forma cortándola.

Tejer silla y mecedora: Esta actividad es propia de la parte oeste, mejor dicho de la comunidad de Inoa, se emplea también las hojas tiernas de la palma, se pone a hervir en un bidón hasta que se maree o la hoja se torne marronosa y se trabaja húmeda, elaborando primero la tomisa o soga. Esta cubrirá la sentadura de dicho mueble, a la cual se le agrega pedacitos de llagua para amortiguar. En esta comunidad no solo la tejen sino que elaboran unos de los mejores muebles del municipio, son experto artesanos

Recolección de café: Aunque no somos grandes productores de café, nuestros campesinos lo hacen a través de una junta de hombres y mujeres los cuales entonan una canción característica hasta la culminación de la faena, sólo se desprende el café maduro, el cual se pone a secar al sol, luego se descarará pilándose en un pilón de madera y luego de tuesta con azúcar parda, luego se muele o se pila nuevamente hasta obtener el café en polvo, el que es llevado para ser consumido, colándolo en un colador de tela, endulzándolo a su gusto y  sirviéndolo en un jarro  acompañado de pan o galleta, luego su cigarro o cigarrillo sentado en su bohío o zaguán.

El conuco:   Es el terreno donde el campesino siembra sus principales alimentos, no solo de su consumo sino de su producción económica. Existe una parte mala de este espacio, ya que para poder sembrar en ciertos lugares deberá desmontar o cortar árboles, luego quemarlos desforestando el lugar, los que ellos le llaman tumba. En este lugar el campesino se pasa el día entero trabajando, con un macuto al hombro, su cigarro o tabaquito, café, agua y a veces un radio para escuchar los sucesos.  Generalmente el conuco contiene un rancho para almacenar tabaco o guardar alguna cosecha o producción en serones, macutos o árganas. Algunas poseen instrumentos de labranza como, colín, machete, azada, hacha etc.

El cultivo: Pues al ser la siembra una de las principales actividades del campesino, este se dedicaba a plantar sus propios productos agrícolas que no solo era para el mercado sino para su propia manutención, los cultivos principales en las parcelas de los campos en San José de las  Matas podemos mencionar: caña, tabaco, maíz, café, maní, arroz, cabuya,   habichuela, yuca, batata, algodón, algunas hortalizas y frutas.

Ordeñar: Aunque no todos los campesinos poseen ganado vacuno, esta actividad generalmente se hacía bien temprano, después de achicar el becerro de la vaca recién parida, donde se  le amarraban las dos patas trasera a la vaca y se procedía a apretar la ubre de arriba hacia abajo, colocando un recipiente o envase de bajo de ésta. Este trabajo lo podía hacer tanto el hombre como la mujer.

 Formación Familiar: No en todos los campos era la misma, si tenían cosas comunes como por ejemplos las muchachas a  temprana edad las madres las ponían a cuidar sus otros hijos y a cocinar, a llevar la ropa en batea al río, a lavar la ropa a veces muy curtida, producto del trabajo en los conucos. Muchas dicen hoy día: “yo no tuve juventud”.

Lavado de Ropa: Es bueno aclarar que no en todos los campos se levaba la ropa igual, pero el trabajo era tan duro que en ocasiones las manos les sangraban de tanto frotar, también la ropa se golpeaba con una paleta en una piedra inclinada para sacarle el sucio. Aquí no terminaba el proceso. Esa ropa había que almidonarla y plancharla, calentando la plancha en brasa y luego sosteniéndola con un paño para no quemarse.

Lavado de Oro: Según la historia, Colón decia: que nuestros rios arrastraban el oro y aún que no toda zona tenía este mineral, algunos campesinos, tenia una batea y una coa, para escavar tierra y llevar la al rio o al arroyo a lavar y así obtener oro. 

 La Nutrición Y la  Salud: La alimentación era sana, no había química, los productos agrícolas se cultivaban sin ningún tipo de fertilizantes como ahora. El aire era puro, cero estrés y las personas eran longevas. Podemos afirmar que las personas duraban muchos años se puede decir que la esperanza de vida en este lugar es de 100 años.

 Los niños los alimentaban con agua de arroz criollo o mezclado con leche de cabra, también una raíz que le llamaba araru y el plátano secado al sol la hacían polvo y era alimenticio. Se practicaba la medicina casera y en la misma familia había quien recetara algún té o tizana de alguna hoja o raíz, o quien preparara una untura.

 Era raro que en una casa que no hubiera una mata de ruda, romero, tuna, apasote o anamú. Cada hoja, cada planta, tenía su valor medicinal y se sabía hacia cuáles enfermedades iban destinados.   Para cualquier dolor se ponía una ventosa, que es algodón con alcohol prendido dentro de un vaso boca abajo. Esto apretaba la piel por succión y sacaba el viento. Había parteras o comadrona para asistir a los partos.

Podemos decir también que entre algunos tubérculo como la batata, la yuca en tiempo  de Lilís la batata era para engordar a las cerdos, algunos campesino la comían asa, rara vez salcochadas, la yuca todo el mundo le temía, era estrictamente para hacer cazabe, hojaldres, almidón, empanada o panesico, así pasaba con  el hígado y asadura de la vaca no se lo comían y se lo tiraban a los perros y después de la muerte de Lilís hubo una escasee tan grande de carne que hasta el hígado era un plato favorito y  el pipían  que se mezclaba con la asadura dura y blandita.

 Alimentación y cuido o crianza de los animales: Generalmente casi en todos los bohíos de los campos existían una animal de carga como un burro o un mulo o caballo para las diligencias de la casa, así como para transportar los productos que se cosechaba. Tanto el perro que nunca falta y el compañero inseparable de hombre cuando va al conuco, también como el gato entre otros.

 Algunos tenían un buey para el arado. Aparte de las aves como gallinas, pavos, guineas, patos, entre otros, su alimentación pues en su mayoría comían o pastaban de la producción de  los mismos campos o en el monte, la señora de la casa se levanta muy de temprano para echarle el maíz y ponía los demás animales a comer, lo llevaban a beber al arroyo más cercano o la vena de agua que emana de una roca o raíz, también criaban cerdos, chivos, vacas para su propio consumo o para la venta. Estos se mantenían en un coral para facilitar el cuido.

El antiguo transporte  de viaje lejos, las recuas: Recuerdo la época de los recueros, otra actividad campesina que ya no existe actualmente  aquel afable tiempo que parecía estar derramada, en ciudades y campos. Aún quedan restos de aquella costumbre, pero el encanto de esos viajes de arrieros y de bestias a lo largos de inmensos caminos polvorientos o fangosos, según la época del año. Se esfumo de la realidad y sólo persiste en la imaginación que produce el trajín de las cabalgaduras bajo la inmisericordia solar o la inclemencia de la lluvia, la puesta tradicional de lo que antes fue entre dos grandes poblaciones, una cadena de recuas, pues no era sino un ir y venir de animales cargados a la manera criolla, día y noche, por entre las montañas abruptas y valles solitarios.

El estado de las vías de comunicación era deplorable. Había que ir de una población a otra a lomo de bestias. El tráfico se hacía de esta guisa y eran en extremo pintorescas, por lo típicas, las escenas que vamos a reproducir en toda su vitalidad de colorido.

Había gran número de recueros. Estos  vivían en el campo, en casa de regular apariencia, con cercas de excelente pasto para las cabalgaduras. Alzábase, al lado de la casa, el rancho original, de bajo techo pajizo “a dos aguas”, con equipo completo de aparejos, esterillas, fuetes, enjalmas, jáquimas y serones. 

El “aparejero” venia periódicamente a construir los aparejos a la propia casa del recuero, o a remendar los que habían sufrido deterioro con el uso. Igual procedimiento seguía el fabricante de esterillas, especie de sudaderos construidos con la corteza y hojas de plátano, ya secas.

Las tiendas y pulperías vendían a porrillo estos enseres cuya elaboración constituía verdadera industria textiles en algunos campos con las tres materias primas principales: Plátano, guano y cabuya.

El instrumento para gobierno de la recua era el fuete, que servía a la vez para azotar las ancas de las bestias, arreándolas, o estimular la marcha con el chasquido de rabiza al cortar el aire con violencia. Su uso queda hoy reducido a los viajes a corta distancia  y al pastoreo en las fincas.

Compónese de un palo corto manuable, lustroso por el roce de la mano, con una garganta en su extremo, de la que depende un corto hijo y de este la soga de cabuya, de unos tres metros de largo, más gruesa en la proximidad del palo, y que va adelgazándose hasta rematar en cola.

Alzándolo con el brazo derecho sobre la cabeza y describiendo el arco bruscamente cortado con un movimiento ondulante de la soga, produce el estallido tan familiar a las bestias de carga.

A veces altas horas de la noche, oía el labriego, desde la burda hamaca crujidora, unido a la canción popular y al “ajo” típico que llovía sobre la dócil recua, el estallido del fuete. Era el trasnochador recuero a quien no intimidaron los lugares grimosos, porque portaba sus armas favoritas, no el “colín” y el “encabo”, sino la décima, el cigarro y la botella, y sobre todo “la manífica” o el ensalmo que lo escudaba contra hechizos o apariciones de ultratumba.

Cada animal de recua llevaba un nombre, al que daba rigen el color o alguna imperfección física del bruto, su procedencia o alguna otra circunstancia. Y ASI HABIA ËL BAYO”, “El Rucio”. El Gacho”, “Pinsaflor, “Andafino”, “Montero” y otros nombres parecidos.

 

 

Lea sobre la produción agrícola y cónozca los diferentes cultivos de nuestro campos    


 

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Última actualización: 14 de agosto de 2016.